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Mostrando entradas de 2018

La internet del bosque

Me encontraba asistiendo a clase en un curso monográfico sobre los hongos en la Universidad de Mayores de la UAH cuando el profesor dejó caer una frase que atrajo toda mi atención: "Los hongos subterráneos forman la intenet de los árboles en el bosque" Parecían cobrar sentido de pronto las leyendas que en muchas culturas y regiones versan sobre árboles que se hablaban, que sentían y colaboraban entre ellos. También adquirían cierta verosimilitud las bellísimas escenas de la película Avatar en las intervienen alguno de sus árboles sagrados (El Árbol Madre, el Árbol de las Voces y el Árbol de las Almas). Incluso los viejos Ent de Tolkien se me antojan ahora menos imposibles. La verdad es que no es una metáfora de la ciencia,  es una afirmación fundada en numerosos estudios que evidencian que los árboles de los bosques se comunican mediante un procedimiento que recuerda el funcionamiento de la red virtual. Veamos como es eso posible.  La clave está en que muchos hongos rea

Destejiendo la fábula de "La cigarra y la hormiga" (parte II)

 DESTEJIENDO LA VIEJA FÁBULA - II Introduccion. Inspirado por Blasco Ibáñez en su cuento "La verdadera historia de la cigarra y la hormiga" y,  sumamente interesado después por cuantas informaciones encontraba sobre esta célebre pareja, acabé encontrando, por fuerza, el texto fascinante del célebre entomólogo francés Jean-Henrí Fabre. Su libro "Souvenirs_entomologiques" , es una obra monumental sobre observaciones del mundo de los insectos de cuatro mil páginas publicadas en diez series de 1879 a 1907. El capítulo dedicado al análisis científico de la los personajes de la fábula de Esopo es apasionante. Fabre muestra enorme erudición. Su conocimiento de la Grecia clásica y la biogeología de aquel país mediterráneo le permite situar en su justo contexto los elementos de la fábula. El naturalista apunta que, aunque conocían bastante bien a las cigarras, sus prejuicios sobre ellas no tienen justificación. Incluso el origen de la fábula, que provenía de

Destejiendo la fábula de "La cigarra y la hormiga" (parte I)

La fábula, el breve cuento moralizante cuyos personajes son animales con personalidad humana, ya era cultivada en Mesopotamia hace cuatro mil años. Las tablillas cocidas ya cuentan en escritura cuneiforme historias de zorros astutos, perros desgraciados y elefantes presuntuosos. Los griegos elevaron la categoría del género contándose sus autores entre los mejores y más antiguos clásicos. Esopo, un esclavo, logró la libertad por aclamación popular gracias a su talento fabulador. Entre los romanos destaca Fedro, otro esclavo, que se inspira en Esopo y en sus experiencias para componer hasta cinco libros de fábulas. En la Edad Media fueron usadas por los clérigos para adoctrinar, en el Renacimiento por los humanistas para destacar los rasgos humanos. El mismo Leonardo Da Vinci compuso un libro de fábulas y el hasta Napoleón llegó a componer alguna. De los últimos siglos destacan La Fontaine, Clarís de Florian y el español Tomás de Iriarte. Posteriormente Félix María de Samaniego y

Si las piedras hablasen: "Las piedras fósiles de Los Cabezos"

Justo enfrente de la entrada al "Ohtels Islantilla" se adivina un estrecho parque ocupando la franja que dejan los antiguos cantiles de la costa y que han sido respetados (o evitados)  por la rapacidad urbanizadora de la primera linea de playa. A los pies de las paredes y cárcavas pardo-rojizas se adivina un camino que recorre este parque que llaman "De los Cabezos" y que, en algo menos de 3 km. te lleva desde La Avenida de las Cumbres paralelo a la A-5054 hasta el Paseo de la Chirina. Desde la habitación del hotel se divisa justo enfrente la pasarela de madera que cruza la carretera y conduce hasta el sendero en el interior del parque. No puedo sustraerme a su exploración y, aprovechando que a Charo le duele la rodilla, me preparo una pequeña mochila e, introduciéndome en una pequeña pista de cemento, me acerco al extremo del parque para recorrerlo en toda su amplitud.  Paseando la vista por las paredes cuarteadas y observando los materiales arrastrados al

Curiosidades y bellezas científicas.

Inicio aquí una entrada que recopila curiosidades y bellezas que nos proporcionan las ciencias. Es una colección en formación y en la que pegaré (a  modo dé álbum imposible de completar) cuantas situaciones relacionadas con esta ciencia me sorprendan.  1. Reloj del nueve . Para el extraordinario caso de que se te estropeen los 9 primeros dígitos en el teclado.  2. LOVE , o cómo declararse a la chica de tus sueños con la calculadora científica. 3. ¡2 x 2 = 5!  La desasosegante demostración de Lewis Carrol, autor de Alicia en el País de las Maravillas, de que las matemáticas fallan 4. Las nueve rosas.  Acertijo de Lewis Carroll E n tu jardín, hay nueve rosas plantadas en un círculo perfecto. Pero ya te cansaste de ver lo mismo todo el tiempo. Tienes tres opciones para cambiarlas, pero cada una tiene sus reglas: 1. Planta las 9 rosas de manera que crees 8 filas con 3 rosas en cada fila. 2. Planta las 9 rosas de manera que crees 9 filas c

Va por la ciencia.

EL EXTRAORDINARIO INTERÉS DE LA CIENCIA PARA QUIEN SABE DISFRUTARLA No hace mucho, tras asistir a la graduación de su hijo (mi sobrino) discutía con mi cuñado José Mari sobre el interés y la belleza que la ciencia pueden producir. Una de las actuaciones durante la celebración había consistido en una charla magistral de contenido histórico. Le había gustado. El profesor desarrolló el tema de forma ágil (y necesariamente breve) salpicándolo de anécdotas haciendo que no fuera aburrido en ningún momento pese a lo artificial del momento y el lugar. El denso actode la graduación empezaba entonces a resultar largo y pesado, pero mantuvo el interés del auditorio. Durante la comida posterior en la tradicional visita a La Gran Muralla, el chino de Arganda favorito de la familia, discutíamos sobre la amenidad o el aburrimiento de las clases. Mi cuñado opinaba que la Historia se presta más a resultar entretenida mientras que, una clase sobre integrales por ejemplo no podía llegar a gustarle por